Qué hacer cuando no se puede hacer nada para cambiar las cosas, cuando la moneda se inclina por el lado de la soledad y el dolor ; y la pena te empieza a crecer adentro.
Lo cierto es que ya da igual. Un mar de hielo nos separa. Nos alejamos para no hacernos más daño y sin embargo, las heridas no acaban de zicatrizar.
Todo lo que termina, termina mal, poco a poco, y si no termina, se contamina más y eso se cubre de polvo.
Sentiste alguna vez, a los asuntos pendientes volver? si resulta que sí, podrás entender qué me pasa a mí esta noche...